26 de abril de 2020

Soda Bread o Pan de soda irlandés

Más de dos años sin escribir nada, no por falta de ideas, sino de tiempo. Y eso que más de una vez pensé hacerlo, incluso hacía la foto de la receta que iba a escribir, pero al final, nada de nada.

Y ha tenido que venir esta maldita pandemia, para retomar varios de mis hobbies. Volver a leer, compartir experiencias en este blog...

Muchas cosas han cambiado en estos dos años, pero algo sigue igual, las ganas de compartir recetas y experiencias gastronómicas.

Como habréis podido comprobar cuando habéis ido al supermercado, ha habido productos que estaban literalmente desaparecidos. Si al principio del confinamiento todo el mundo arrasaba con el papel higiénico, ahora los grandes ausentes en los lineales y productos muy demandados son la levadura (ya sea seca o fresca) y la harina.

Por eso, aunque en casa no ha faltado ninguno de estos dos productos, decidí hacer un pan que no necesitara levadura. Y hablo de levadura, no del impulsor químico que podemos tener en mente y que usamos para bizcochos y otras elaboraciones.

Para recordar los diferentes tipos que podemos encontrar en el mercado, os dejo el enlace del post de Chary Serrano (levaduras alimentarias).

El pan de soda o Soda Bread, es un pan típico irlandés que se hace muy rápido al no tener que esperar tiempo de levado, con una miga densa y que debe consumirse en un corto espacio de tiempo. Si os queda algo para el día siguiente, lo mejor es tostarlo, claro que hay que tener en cuenta que un pan recién hecho es difícil que dure.

El ácido láctico del buttermilk (o suero de leche) junto con el bicarbonato, harán que la miga crezca, aunque como os decía no esperéis una miga esponjosa y suave, pero si queréis un pan rápido de realizar es la mejor opción.

Para comerlo recién hecho o tostado al día siguiente

Ingredientes

350 ml de leche entera
10 ml zumo de limón 
450 gr de harina (todo uso)
1 cucharadita bicarbonato
1 cucharadita de azúcar
1 cucharadita de sal

Elaboración
  • Comenzaremos preparando el buttermilk mezclando la leche con el zumo de limón. Dejar reposar 10-15 minutos 
  • Precalentar el horno a 200º-210º (sin aire)
  • Mezclar en un bol la harina, con el bicarbonato, la sal y el azúcar.
  • Cuando el buttermilk esté preparado, mezclarlo poco a poco con los ingredientes secos hasta que esté todo perfectamente integrado. Os quedará una masa algo pegajosa y difícil de trabajar.
  • Poner en un molde apto para horno un papel de hornear. Incorporar la masa y darle algún corte. Espolvorear un poco de harina por encima.
  • Hornear durante 30 minutos 
En el horno

Deja que se enfríe un poco antes de cortarlo.

Nosotros lo tomamos por la noche en un picoteo y lo que quedó al día siguiente en una deliciosa tostada con Aceite de Oliva Virgen Extra y pizquitos de jamón de Alhacena Gourmet.

Espero que lo hagáis y me digáis qué tal os ha salido.